Seguimos con nuestros artículos acerca de Análisis Financieros de la empresa , hoy dedicaremos nuestro post al RIESGO y en particular al riesgo desde que siempre he de evaluar como inversor antes de tomar una decisión de inversión.
¿ Qué riesgos principales he de analizar antes de decidir una inversión?
¿Qué riesgos asumo cuando presto?
No hay operación de préstamo que no implique algún riesgo. Por eso la mejor manera de mitigar el riesgo es conocerlo e identificarlo.
Cuando se presta, el principal riesgo que se asume es el denominado “Riesgo de crédito” o crediticio. Se concreta en la incapacidad del deudor o prestatario de devolver en tiempo las deudas contraídas. Pero este riesgo no es exclusivo de los préstamos financieros. Prácticamente todas las actividades mercantiles implican riesgo de crédito. Los fabricantes venden a los mayoristas a crédito. Los comerciantes mayoristas venden a crédito a los minoristas (pagos a 30, 60, 90 días,..). Operaciones tan complejas como la venta de una planta industrial llave en mano o tan sencillas como la venta de tejido para fabricar camisas implican pagos aplazados por parte del comprador al vendedor. Pero hasta actividades tan sencillas como el tomarte una ración en un bar implica cierto riesgo de crédito, pues hoy por hoy en los bares se paga después de consumir existiendo el riesgo evidente de que el cliente no tenga dinero para pagar. Cada sector tiene que asumir su cuota de riesgo, y para ello debe conocerlo y evaluarlo.
Un segundo tipo de riesgo que se asume habitualmente, y este si es casi exclusivamente financiero, es el de “tipo de interés”. Es el que se deriva de captar fondos a un tipo y prestar a otro tipo. Las oscilaciones de tipos de interés, el captar a tipo fijo y prestar a variable…o viceversa, el comprometerse a unas rentabilidades…. En ocasiones este tipo de riesgo es muy evidente como cuando se invierte en activos financieros a tipo fijo (obligaciones, deuda pública,..) y el mercado se mueve al alza (suben los tipos). Automáticamente el activo comprado pierde valor pues hay mejores alternativas de inversión.
Un tercer tipo de riesgo es el denominado de “tipo de cambio”. Comprar o prestar en una moneda y vender o tomar prestado en otra. Hoy en día el mercado se ha simplificado al desaparecer un gran número de monedas sustituidas por el euro, pero son riesgos que existen y para los que hay instrumentos (seguros de cambio,…) que minimizan este riesgo. Más de un particular recuerda con dolor cuando firmó su hipoteca en monedas distintas al euro.
“Riesgo de liquidez”. Es cuando te comprometes a pagar en unos plazos inferiores a la capacidad de generar fondos o hacer líquidos activos. ¿Se imaginan a un banco captando dinero a 12 meses y prestando a 25 años? Pues ocurre. O un particular que invierte en un fondo garantizado a largo plazo y tiene que hacer frente al pago de su hipoteca.
“Riesgos normativos o regulatorios”. Un cambio de regulación o de normativa puede cambiar las reglas de juego. En principio no debe existir retroactividad en la aplicación de las leyes….. pero a quien no le han cambiado la fiscalidad de algún producto y ya no es tan rentable como cuando lo contrato.
“Riesgos políticos”. Es el derivado de invertir en zonas geográficas inestables que pueden ocasionar que aunque el prestatario sea solvente, no pueda hacer frente a sus pagos por la situación de insolvencia de país o por su regulación.
En definitiva, es importante conocer los riesgos que asumimos cuando realizamos diversas operaciones tanto financieras como comerciales. En Stockcrowd IN cada empresa se revisa en detalle aceptándose sólo proyectos de empresas solventes y con capacidad de reembolso. No obstante, la decisión de prestar es siempre del inversor y él es quien asume el riesgo de la misma. Por ello debe hacer su propia valoración y análisis de la empresa. Desde Stockcrowd IN creemos que la diversificación de la inversión prestando a distintas empresas diluye y mitiga el riesgo al que se expone un inversor en cualquier decisión de inversión.
Volvemos pronto..
Equipo StockCrowd IN.
*El tratamiento fiscal depende de las circunstancias individuales de cada cliente y puede variar en el futuro.
Las rentabilidades pasadas no constituyen un indicador fiable de las rentabilidades futuras.