La pandemia del COVID-19 está suponiendo un reto mayúsculo para la mayoría de sectores económicos, dentro y fuera de nuestras fronteras: un riesgo inicialmente localizado en partes muy concretas de China, evolucionó para afectar a las cadenas de suministro mundiales, para luego trastornar literalmente toda actividad económica a la par que se convertía en una amenaza para la salud pública.
Por si esto fuera poco, la larga duración de la pandemia requiere de niveles de resiliencia -capacidad de adaptación al cambio-, que no todos los individuos, organizaciones o sectores económicos tienen la suerte de poseer.
El sector inmobiliario empezó 2020 con buenas cifras, produciéndose un parón prácticamente total de la actividad como consecuencia del estado de alarma que estuvo en vigor entre los meses de marzo y junio.
Ese parón se dejó sentir en el número de compraventas realizadas en el periodo, que fue prácticamente de cero, como también en el resto de fases del ciclo de vida de los proyectos inmobiliarios, principalmente en lo concerniente a fuertes retrasos en la obtención de licencias y demás trámites con la Administración, así como en las obras en curso.
Pasado aquel primer estado de alarma se ha producido lo que pudiera ser entendido como una especie de paradoja: si bien el número de operaciones se ha recuperado, dicha recuperación ha sido tímida en el mejor de los casos; por otro lado, sin embargo, el precio de la vivienda (especialmente la de obra nueva) se ha mantenido estable, o incluso aumentado levemente según el caso.
La explicación a lo anterior puede obtenerse, al menos de forma parcial, si consideramos por una parte el concepto de vivienda como valor refugio, especialmente en tiempos tan convulsos para la renta variable, y por otra el clima general de incertidumbre existente, no solamente en el sector inmobiliario, sino en la economía en general, que provoca que tanto vendedores como compradores estén aguardando a una mayor claridad en el escenario económico.
StockCrowd In realiza un seguimiento y control cercano al desarrollo de la pandemia y de sus efectos asociados en el mercado inmobiliario. Tres áreas merecen especial mención:
1. Filtrado de oportunidades
Hasta StockCrowd In sigue llegando un número importante de oportunidades a las que poder financiar. Sin embargo, los efectos de la pandemia y crisis asociada provocan que un gran número de estas presenten serias lagunas que hacen peligrar la rentabilidad de la operación en su conjunto. Algunas veces puede tratarse de una excesiva debilidad financiera del promotor, otras de elementos asociados al propio proyecto, ya sea a través del plan financiero o de la planificación del proyecto.
StockCrowd In no ha reforzado el análisis y cribado preliminar que ya venía haciendo en el pasado, sino que se ha asegurado de garantizar que el deterioro experimentado en el sector no se traduzca en estándares más endebles en esta materia.
2. Análisis de riesgos
Todas las oportunidades que llegan a StockCrowd In son analizadas en dos fases: un cribado inicial y un análisis posterior en profundidad (a aquellas oportunidades que pasan el primer filtro)
En análisis de riesgos en StockCrowd evalúa riesgos en cuatro grandes dimensiones: promotor y cumplimiento normativo; plan financiero; proyecto y operacionales; externos. Los riesgos derivados de la crisis actual asociada al COVID-19 entrarían en esta última categoría, riesgos provenientes del entorno económico, social, político, tecnológico o legal en el que se ejecuta el proyecto.
3. Seguimiento de proyectos en marcha
Al igual que ocurre tanto con el filtrado previo de oportunidades y con el análisis de riesgos, StockCrowd IN ya venía realizando acciones de seguimiento en todos los proyectos efectivamente financiados. También, al igual que en los dos campos anteriores, se han realizado adaptaciones encaminadas a dotar al proceso de seguimiento de una mayor capacidad de identificación temprana y reacción ante potenciales problemas que pudieran llevar a situaciones de impago.
De esta manera, el seguimiento de proyectos en curso se realiza con una mayor frecuencia, detalle y anticipación, intensificando la comunicación con promotores de forma que 1) puedan identificarse y diagnosticarse probables problemas con la máxima antelación, y 2) sea posible trazar conjuntamente con el promotor una estrategia de acción encaminada a lograr un beneficio razonable para todas las partes implicadas. Para ello, se espera del promotor su firme compromiso en la realización de los mayores esfuerzos para la culminación con éxito de esa estrategia.
En paralelo, StockCrowd IN ha tratado siempre de permanecer cerca del inversor, facilitando el contacto directo, proporcionando respuestas al momento y procurando total transparencia, realizando webinars con el doble objetivo de formar al cliente/inversor y aclarar sus dudas -sean cuales sean-, y, en definitiva, recordarle que nos tiene a su disposición para resolverle cualquier duda o consulta.
La pandemia actual del COVID-19, y la crisis resultante, representan un importante desafío para toda la economía, incluyendo el sector inmobiliario.
El sector inmobiliario, si bien ha aguantado los envites del virus en mejor forma que la mayoría de sectores económicos, se resiente también de la mayor incertidumbre generada.
StockCrowd IN ha adaptado e intensificado las acciones realizadas en el ámbito de la gestión de riesgos -filtrado previo de oportunidades, análisis de riesgos, seguimiento de proyectos, buscando ofrecer el máximo valor a inversores a la par que diseñando planes de respuestas beneficiosos también para el promotor.
Uno de los objetivos fundamentales de StockCrowd IN es el de permanecer cerca del inversor, proporcionándole información de manera transparente y rápida.
Para cualquier duda o consulta, la siguiente dirección de correo electrónico está siempre disponible: info@stockcrowdin.com