La conversión de locales comerciales y edificios de oficinas en viviendas se está convirtiendo en una tendencia creciente, especialmente en capitales de provincia y grandes ciudades como Madrid. Atomiun, promotora con presencia en Madrid y Andalucía, ha adoptado esta estrategia como respuesta a la creciente falta de oferta residencial, destacándose por su capacidad para transformar espacios y adaptarse a las demandas del mercado.
En nuestra última entrevista, Sergio Martínez Herrero, consejero de Atomiun, comparte su perspectiva sobre esta transformación, las ventajas de este modelo y cómo colaboran con StockCrowd IN para el desarrollo de sus promociones.
Acerca de Atomiun:
es una promotora inmobiliaria con presencia en Madrid y Andalucía, especializada en el desarrollo de viviendas de obra nueva y en la transformación de locales comerciales en viviendas. Actualmente, gestiona alrededor de 100 viviendas de obra nueva, que se comercializan directamente a clientes particulares, lo que demuestra la resiliencia del segmento medio de la demanda al que se dirige la compañía.
La empresa ha sido pionera en la adopción del crowdlending inmobiliario como método de financiación, colaborando con plataformas como StockCrowd IN para el desarrollo de promociones residenciales en Tetuán y Fuencarral, Madrid. En cuanto a la transformación de locales comerciales en viviendas, Atomiun se encarga de gestionar todo el proceso, desde la obtención de permisos y licencias hasta la ejecución de las obras necesarias para cumplir con las normativas de habitabilidad y seguridad vigentes. Este servicio permite aprovechar espacios comerciales obsoletos, adaptándolos a las necesidades actuales del mercado residencial.
Una vez terminado el análisis del balance vamos a iniciar el análisis de la cuenta de resultados también llamada de Pérdidas y Ganancias. Pero, antes de empezar vamos a buscar un símil que esperamos ayude a una mejor comprensión de la interrelación entre ambos estados financieros:
Pensemos en un caudal de agua que discurre montaña abajo. Hay épocas del año que baja con más intensidad (deshielo) y otras con menos (verano). Pensemos que el agua se almacena en un embalse que regula las cantidades que pueden pasar o que se pueden almacenar. Ahora pensemos en el flujo monetario de una empresa, a lo largo del año puede tener más intensidad que otras: ventas de temporada, pagos de impuestos, amortizaciones préstamos… Estaríamos hablando de la cuenta de resultados como flujo dinámico de fondos generados por la empresa.
Pensemos en el balance, donde están retenidos los flujos generados hasta que se cobran o pagan los bienes y servicios. Sería el equivalente a esa presa o embalse donde quedan retenidos los saldos hasta que se cobran o pagan.
En la última entrada de nuestro blog, analizábamos el balance de una forma horizontal intentando interrelacionar activos y pasivos. Ahora lo veremos de forma vertical intentando dar respuesta a cuatro preguntas básicas:
Iniciamos nuestro análisis por los recursos propios.
Una regla que hay que recordar siempre es que, sin recursos propios, es decir, sin aportación económica de los socios, no hay negocio viable. Para unos negocios harán falta más recursos y para otros menos, pero siempre hacen falta, la financiación ajena puede y debe ayudar pero no puede sustituir a los fondos propios.
En el último capítulo de nuestro blog de “análisis de balances” analizamos el concepto de Activo circulante neto. Allí comentamos que el crecimiento de las empresas implica generalmente un crecimiento del
Hoy veremos que podemos llevar este ratio a días para una lectura más fácil del mismo.
Hace unas semanas hablábamos del análisis horizontal del balance y comentábamos el Fondo de Maniobra. Hoy nos centraremos en el Activo Circulante Neto.
¿Cómo lo definimos?
La forma más encilla es indicar cómo se calcula: saldo de existencias + saldo de clientes – saldo de proveedores y acreedores.
ACN = Existencias + clientes – Proveedores –Acreedores.
Una vez analizados los pasivos a corto plazo de la empresa en el artículo anterior pasamos a detallar la segunda gran partida comercial del pasivo corriente y que también nace de forma espontánea es la cuenta de acreedores.
¿Qué partidas componen esta cuenta? Al igual que los proveedores, son pasivos de las empresas nacidas de su propia actividad aunque generalmente a menor plazo (30 o 60 días).
Una vez analizados los pasivos a largo plazo de la empresa en el post anterior, pasamos a detallar lo que se denominan pasivos a corto plazo.
Dentro de este también llamado pasivo corriente podemos distinguir entre aquellos pasivos que surgen de forma “espontánea” y aquellos que la empresa contrata con la finalidad de aportar liquidez puntual a la empresa.
En post anteriores hemos analizado cómo emplea la empresa el dinero que ha recibido: lo invierte en inmuebles, inversiones financieras, compra de existencias, financiar sus ventas vía aplazar cobros (clientes) o tesorería. En este blog hablaremos sobre cómo obtiene la empresa la financiación que le hace falta para desarrollar su negocio.
Iniciamos este apartado con el análisis de los tradicionalmente llamados “fondos propios” o “patrimonio” de la empresa. Lo primero que hemos de pensar es que esos fondos “No” son propios, son de sus accionistas y por tanto son “ajenos”. Es una deuda de la empresa con sus socios los cuales esperan que la empresa le devuelva con creces y por lo tanto no lo hacen a fondo perdido.
Continuamos con el análisis del activo circulante.
Estuvimos de acuerdo en que el activo circulante son las partidas del activo que reflejan la transaccionalidad o ciclo de actividad habitual de la empresa. Lo que fabrica (existencias), lo que vende (clientes) y lo que cobra (efectivo).
También lo definíamos como el activo de la empresa (coincide con el ciclo operativo) que se utiliza en la explotación durante un periodo de tiempo (generalmente un año) pudiéndose transformar en efectivo a corto plazo.
Hoy el post lo dedicaremos a la Tesoreria.
Y recibe las últimas novedades en crowdfunding de inversión